Es un saco cerrado bajo la piel lleno de un material aceitoso o similar al queso. Los quistes sebáceos en la mayoría de los casos se originan a partir de la inflamación de los folículos pilosos. Una lesión cutánea también puede provocar que se forme un quiste. Se crea un saco de células dentro del cual se secreta una proteína llamada queratina. Las personas que tienen estos quistes pueden tener familiares que también los presenten.

Síntomas

• Un material grueso, amarillo que supura del quiste y que puede tener un olor fétido.
• Enrojecimiento, hinchazón y sensibilidad alrededor del quiste.

La técnica quirúrgica

Es necesario enfatizar aquí que la disección de estas lesiones debe realizarse con la ayuda del microscopio. La técnica es prácticamente igual para la mayoría de los quistes pero varia de acuerdo a cada lesión y también según el cirujano experto en láser. En general, la principal ventaja de la utilización del láser como instrumento quirúrgico será la realización del procedimiento en seco. Si ocurre sangrado deberá controlarse para poder observar bien que no queden residuos de la capsula como también asegurar que el poro y la parte de la piel sin dermis se incluyan en la resección pues de otra forma quedará una cicatriz hundida. El cierre deberá hacerse en lo posible con sutura muy delgada y la aproximación de los tejidos más profundos evita hundimientos de la cicatriz.